lunes, mayo 08, 2006

amable

Hace un rato hablé de las palabras que me parecían hermosas, por su sonido, acaso por la manera como estaban dispuestas las vocales y las consonantes, tal vez por su significado evocador. La palabra amable me gusta, me seduce, trae recuerdos, me viene bien escucharla, también pronunciarla, me agrada verla en los gestos de las gentes. Amable habla de gestos amorosos, delicados, de aquello que reconforta el alma.
Últimamente he andado pensando mucho en la palabra amable, buscándola en calles, capillas y jardines laberínticos, sentía que la había extraviado en algún abrazo no dado, hasta que la encontré.
Estaba escondida en una bella historia.


La enfermera de la casa de reposo atendió al llamado de la puerta. Era Ana que venía como siempre, cada último sábado del mes, a visitar a doña Lina, la abuela más abandona y silenciosa de aquel lugar.
Ana traía en sus manos una cajita de chocolates, dos pasteles para acompañar el té y un pequeño ramito de violetas. Camino pausado hasta el patio de la casa sintiendo como sus pasos la acercaban a un mágico. La tibieza del otoño que recién llegaba se sentía en el aire.
La abuela estaba sentada en la misma silla de ruedas desde hacía varios años, cerca de un bello naranjo y arropada con una rústica manta tejida de colores. Su mirada perdida en el horizonte daba cuenta de una vida intensa, dolorosa, llena de amor. No hablaba con nadie, apenas unos gestos afloraban de su rostro lleno de surcos. Pero cuando Ana aparecía sus ojos de vieja hermosa se iluminaban de palabras.
El jardín estaba todo verde. Ana le dio un beso en la mejilla y se sentó a su lado acariciando su mano. Le traía noticias de sus hijos, Antonio y Javier que vivían demasiado lejos para venir a verla, también fotografías de sus nietos y el periódico que doña Lina tocaba con ternura de lectora implacable.
Ana acostumbraba lavar su pelo cada visita, peinar ese cabello y volver a armar el moño de la manera que a doña Lina le gustaba. Culminaba aquel bello gesto con un beso en la frente alabando lo preciosa que se veía. Lina le respondía con una pequeña y amable sonrisa.
Esa tarde tomó el mismo libro que había leído la vez anterior, Viaje al centro de la tierra, busco la página donde había quedado y leyó “En las horas de descanso, salíamos los dos de paseo por las frondosas alamedas del Alster, y nos íbamos al antiguo molino alquitranado que tan buen efecto produce en la extremidad del lago. Caminábamos cogidos de la mano, refiriéndole yo historie­tas que provocaban su risa, y llegábamos de este modo hasta las orillas del Elba; y, después de despedirnos de los cisnes que nadaban entre los grandes nenúfares blancos, volvíamos en un vaporcito al desembarcadero.” Ana hizo un alto en la lectura solo para deleitarse con la felicidad de doña Lina al oírla y luego simplemente continúo.
Esa era la manera que Marta había encontrado para que Lina despertara de su silencio. Luego de un rato de lectura la animaba a recordar las poesías que ella declamaba cuando joven, la alentaba insistentemente. Entonces Lina comenzaba de a poco a pronunciar, demoraba, como buscando fuerzas desde algún lugar recóndito en su alma hasta que ésta aparecía y con ella los versos. Cuanta poesía le escuchó cantar en aquellas tardes, cuanta maravilla almacenada en el corazón de aquella mujer olvidada por el tiempo.
Aquel era el mejor regalo para Ana, que ella recordara y declamara versos llenos de amor, de pasión y de vida. Versos llenos de colores, de historia contenida.
Ese día fue el último en que ella pudo leerle, también fue el último en que pudo escucharle. Lina partió de viaje al día siguiente, llevándose con ella el pequeño ramito de violetas.
Ana se grabó en la piel los últimos versos que salieron de sus labios.

Florida en sílabas de júbilo se prolonga tu nombre,
como una estrella silbando en los caminos.
Alegría de los andenes, gracia de las campanas,
sonrisas de niño, toda la leyenda que deshojó el tiempo.
Ahora quisiera sentirte contar esas hojas muertas de este árbol,
subrayando el tiempo
Ahora que te busco,
son tus rastros perdidos en la arena.
Así, como duermen las ventanas de esta casa,
caen las sombras sobre la alhaja de tu nombre
y dentro de esta tristeza de pinos
hay un despertar de sediento, oscuro subterráneo.
Esquivas, distanciadas reviven todas las palabras
en una sostenida integridad arrimada a mí.
Y en esta amnistía del recuerdo
hay una puerilidad infantil que muerde mi tristeza.
En este juego del silencio asoma tu perfil
gratificando mi cansancio del sabor
que se enreda en los trópicos.
Lámpara en la alta noche.
Novia de amores licenciados,
—carrera de peces—
Viajera, liviana como un magazine,
estás luciendo hoy tus páginas de colores,
como cuando me entregabas todo el lustre de tus ojos

Lámpara en tu rostro, Oreste Plath, publicado en Revista Gong, marzo 1931.

40 comentarios:

Mary Rogers dijo...

Amable, me quedo con la palabra. Y fíjate que te visualizo personificándola. Dearest Amanda, eres una persona absolutamente amable. Bonito, oye:)

Buena historia. Pintaste bien el ambiente que se da en la situación. Lo vi.
Un abrazote

bàrbara dijo...

me gusta paz,simple y pequeña y con mucho significado ,tbn me gusta simpleza..
abrazos

Milton Miguel dijo...

Que bello texto.
Te lo agradezco mucho, pusiste bálsamo en mi alma hoy.
M.M.

Marce dijo...

hay tantas formas, tantos gestos,que nos ayudarían a ser más amables, como por ej. la situación que tu narraste hoy...
Parece tan fácil y tan alejad@s que vivimos de esta palabra...

DINOBAT dijo...

Hola que tal?, interesante el blog!, nos leemos, saludos,

JD

Evaristo Carriego dijo...

Ineteresante, nos vemos en el viaje...

Rodrigo dijo...

amable, tanto como las letras que has puesto para esta tarde de otoño con lluvia ausente....

amable, como el cariño que te dejo.

UMA dijo...

A mi me resuenan palabras como "pasteurizaciòn" x0
Pero fuera de eso, el texto me lleva irremediablemente a una bisabuela de una compañera de estudios, la conocì la semana pasada, la abracè y olì su cuello...las abuelitas huelen bien en el cuello, es algo que no puedo dejar de hacer con las abuelas:)
Aùn guardo ese recuerdo de mi abuela, sueño con ella (en esa actitud ambas) e irremediablemente despierto llorando...oliendo a ella aùn:**
el texto me ha avasallado, amable?
Esto es amable...'amable' de ser amado:)

Besos Amanda

UMA dijo...

Gracias, me faltò darte las gracias por la hermosa y plena sensaciòn

@Igna-Nachodenoche dijo...

Ahora que te busco, que duermen los recuerdos, que el sabor de mi boca te recuerda tu nombre, ahora...

c. dijo...

a mí me gusta amable en el sentido de "digno de ser amado", es decir, que lo ves y te dan ganas de amarlo... amable y besable... pero no me gusta amable como sinónimo de afable, me suena tibio... en fin, saludos, c.

LaRomané dijo...

Cuesta tan poco dar una gota de amabilidad, pero es difícil (al menos para mi) tomar la determinación de hacerlo.

Cariños
0x0x0x0x
LaRomané

El Navegante dijo...

Amable, Amor, Abnegación, Ana, Agradable, Afectuosa, mira Amanda, cuantas palabras hermosas comienzan con la misma letra.
Uysssss tu nombre también, no me había dado cuenta......AMIGA !!!

Araceli Casanova dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Araceli Casanova dijo...

Esta bello Amanda, el escrito, la palabra que te queda tan bien a ti, igual que el vestido mas lindo puesto un dia domingo, eso diria mi abuela...Un abrazo.Ari

Andres dijo...

Muy bello texto, justo hoy que ando buscando las palabras que se me han ido, las he encontrado acá contigo.

MentesSueltas dijo...

Gracias, otra hermosa palabra. Simplemente eso puedo decir para agradecer esta lectura.

Un abrazo y mil palabras.

MentesSueltas

Héctor Jorquera dijo...

Viajera, amable como tus letras, las ventanas del sur y las puertas del norte, se abren como pétalos para abrazar tu alegría

Anónimo dijo...

Amablemente te saludo desde la amabilidad del corazón sensible que queda como un perfume desde tus letras, saludos..Michelle

Maktub dijo...

Tantas palabras, tantos sonidos que pasan por nuestros labios sin que reparemos en su belleza...

Sol.. dijo...

La amabilidad personificada.. justo lo que debías exponer para expresar lo que en verdad evoca la palabra amable..

Bellísimo texto Amanda! Gracias por compartirlo, eres una mujer muy amable..

Un abrazo!

Laura dijo...

Sabes? Yo utilizo mucho la palabra "amable" pero significando aquello que puede ser amado. Hay muchas cosas dignas de ser amadas en este mundo, muchas cosas "amables".

Lindisimo post

Abrazos

@Igna-Nachodenoche dijo...

...Ahora y después de releerte la palabra amable, se me queda en las retinas, me entristecía pasar y no dejarte otro comentario.
Tu prosa es fluída.

El Navegante dijo...

Querida amiga, tú has sido una de las personaa que me alentó, para que no quede un interrogante en la historia que has leído en ocasión de tu última y cordial visita.
Cuandio gustes ya tienes en el barco tu respuesta, esperando sea de tu agrado.
Un besito y a editar se ha dihco, ok?? !!!

DINOBAT dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Rodrigo dijo...

Amable....ya lo decía...y amblemente esperaré por mas letras...de pronto si quieres te vienes a encender una vela conmigo.

Isa dijo...

hola!!!

eres "amable", nunca te había venido a visitar y ahora que te conozco personalmente vine a ponerme al día

ojalá nos juntemos de nuevo

cariños y un abrazo

mixtu dijo...

amable, amável en portugués, una das más bonitas palabras...
un fuert abrazo e un besito doce de portugal

un cheque en blanco dijo...

Oiga...es que esto yo no lo soporto..mejor me voy!

Antonia Katz dijo...

Me gusta la palabra bella, me gusta la palabra mundo, me gustan tanto las palabras por aquello que evocan, parecen canciones. Dejo para ti un gran abrazo, no sabes lo feliz que me hizo saber quién eras (ya sabes: tan lejos, tan cerca). Te recuerdo Amanda

Kein dijo...

Lindo post..!!!

No tengo tu mail, pero Mary tiene las fotos para que te las envíe... Eres un encanto...

Abrazos y espero nos veamos pronto!!!

Unknown dijo...

Amanda,Amable...dos palabras algo parecidas...interesante y hermoso tu blog,de paso te doy las gracias por tu visita a uno de los mios.

Un fuerte abrazo y volveré pronto...Saludos :)

Milton Miguel dijo...

regálenos otro relato, ¿ya?
M.M.

Pato Correa dijo...

Amable, Amanda, Amable, Amanda, esto debe tener puntos de encuentro, y no es más que dos palabras, Amanda, Amable

Antonia Katz dijo...

Amanda preciosa: te invito a leer lo que escribió Arturo sobre La Rosa ;)

http://arturorodriguez.blogspot.com/

Marce dijo...

Amanda, se te extraña por estos lados y por los míos tb...
espero la vida esté siendo amable contigo...

Marce dijo...

Amanda, se te extraña por estos lados y por los míos tb...
espero la vida esté siendo amable contigo...

UMA dijo...

Te dejo besitos Amanda

un cheque en blanco dijo...

Oiga, bella: tengo unas fotos...este...cómo decirlo...exclusivas suyas de una performance...especial..., cerca de la cordillera...ufff...no sé qué hacer con ellas...estoy atormentado...me han ofrecido dinero...hummm...estoy algo corto de plata...en fin...

La gata que no esta triste y azul dijo...

Precioso y melancolico relato